La utopía es como el horizonte, al dar un paso hacía él, éste se aleja un paso. La función de la utopía no es alcanzarla, si no estar ahí todos los días al levantarnos para buscarla.
A veces al irnos a dormir las cosas las dejamos funcionando correctamente, como si pareciera que la utopía esta a la vuelta de la esquina y que es cuestión de nada para alcanzarla, sin embargo siempre hay algún gracioso que mientras dormimos nos aleja esa esquina una cuadra más.