jueves, 22 de agosto de 2013

todavía escucho su voz

Encendí el radio y no hablaban de ella, pero ahí estaba.
Desesperado la busque entre los peatones, sin darme cuenta, se convirtió en una obsesión. Al pasar entre la multitud escuché su voz suave, me encontraba dando vueltas sin saber exactamente de donde provenía, veía cientos de caras diferentes y ninguna era ella, pero se los juro, ella estaba ahí; cerré los ojos y todo se aclaró, resulta que ella no estaba ahí afuera entre la multitud, lejos de eso, la voz me guiaba hacia dentro de mi.

Inmóvil en medio de la nada un sujeto mantenía los ojos cerrados, de cerca se apreciaba como apretaba la quijada y algo murmuraba, no eran palabras. En su mano derecha colgaba una rosa maltratada, sin color, esa flor parecía llorar, parecía haber sufrido.

Empezó a llover y él no se movió, él seguía la voz, porque estaba seguro que era ella. Daba un paso y la voz se alejaba dos pasos, era como querer alcanzar el horizonte, así pues, viajó y viajó en su interior hasta que de pronto se detuvo, y la voz contrario de lo que uno pensaría ahora esa voz suave venía hacia él.

No era ella, maldita sea!. Entonces abrió los ojos, las lágrimas se disfrazaban con la lluvia, las personas a su al rededor, desde sus refugios veían a ese hombre parado ahí, con esas miradas que juzgan, pero a él no le importó, creo que ni siquiera se percató de ellas. Dejó de llover y empezó a caminar, haciendo una fingida sonrisa para él mismo.

Yo la buscaba a ella y ella no esta en el radio, no esta en la gente, no esta en mi, seguí una voz que solo me engañó, en mi desesperación no la seguí buscando, perdí el tiempo buscando en mi.

Ella siempre estuvo ahí a mi lado y no la supe ver, cuando la busqué me encerré en mi mismo, eso que perseguí dentro de mi era un recuerdo, que volvió para decirme que ella alguna vez estuvo ahí pero que decidió marcharse.

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